jueves, 25 de noviembre de 2010

impacto de la disciplina y motivación en el aula

La disciplina y la motivación, son aspectos indispensables para la educación, ya que sin ambas, la educación resultaría inefectiva. Esto será posible en cuanto el docente sea capaz de perfeccionarse y actualizar su materia de estudio, ya que somos el ejemplo a seguir.
Por todo esto, debemos destacar que el maestro o profesor debe:
• Tener una actitud siempre muy positiva.
• Adaptar la sesión a las características psicoevolutivas de nuestros alumnos.
• Mostrar interés por la tarea bien hecha.
• Evitar el lenguaje técnico, sobre todo en primaria. Adaptarse a la edad.
• Utilizar estrategias que llamen la atención a los alumnos, para así evitar distracciones.
• Plantear actividades en grupo, ya que son muy aconsejables, para establecer relaciones entre ellos.
• Dar muchos mensajes positivos a los alumnos, así fomentaremos la confianza en sí mismo, el interés y la motivación hacia el área.
• El maestro debe aplicar estas actividades a la realidad, para que ellos vean que lo que están trabajando tiene una actitud práctica.
Destacamos también que la motivación y el interés tienen un aspecto importante en los niños, sobre todo en el plano colectivo.
Si la motivación y el interés tienen una gran fuerza, el aprendizaje del niño será muy alto, y por lo tanto habrá una buena aceptación de lo que se imparte.
Desde el punto de vista de la motivación, la teoría de la autodeterminación y la teoría de las metas de logro se han mostrado como modelos teóricos que más aportaciones han efectuado a la comprensión de los comportamientos de disciplina de los estudiantes en clases, considerando importante la necesidad de adentrarnos en el conocimiento de los conceptos de disciplina e indisciplina.
El Concepto de disciplina es formulado por cada docente de acuerdo a propósitos y experiencias en el aula, no existe una definición específica y generalizada del término.
Desde un punto de vista etimológico, el término disciplina proviene de la misma raíz que discípulo y discente. Su significado implica la relación entre el maestro, la enseñanza, la educación y el propio discípulo.
Este componente esencial puede ser abordado desde dos puntos de vistas, tanto positiva como negativamente. Desde un punto de vista positivo se podría definir como “comportamiento consistente en las metas educacionales de una situación específica” así como “entrenamiento para comportarse de acuerdo con las reglas”, mientras que la definición de disciplina desde un punto de vista negativo haría referencia a la “ausencia de comportamientos apropiados” o “castigo llevado a cabo para evitar comportamientos no apropiados”, entendiendo por comportamiento apropiado aquel comportamiento coherente con las metas educacionales de un escenario educacional específico. Así, según Suárez (2004), la disciplina crea un espacio tanto para el control como para el castigo.
En la misma línea, Del Villar (2001), define la disciplina como un conjunto de normas que regulan la convivencia en el aula y que permiten el mantenimiento del orden colectivo para la organización de las tareas de aprendizaje.
Para cumplir con la definición de Del villar con respecto al concepto de disciplina, es necesario que los alumnos sean capaces de establecer sus propias normas de convivencia, para así mantener el orden colectivo y autocontrol en cada uno de ellos.
En definitiva, según Suárez (2004) cuando nos referimos al término disciplina escolar puede entenderse como problemas generados por los alumnos (con funciones bien preventivas, bien correctivas), como una condición para la creación de un clima de enseñanza y aprendizaje, o como un instrumento de gran valor para la institución escolar.
El Concepto de Indisciplina hace referencia a la violencia en el centro educativo, así como con la existencia de comportamientos disruptivos. El comportamiento violento surge de la combinación entre características específicas de los sujetos (control de los impulsos, conocimiento, actitudes, habilidades, expectativas y necesidades) y situaciones establecidas (normas, reglas, cultura, estructura de las tareas y de las recompensas, etc.).
Fernández (2001) por su parte, cita entre los comportamientos disruptivos más frecuentes: violar las normas establecidas dentro del aula (ej.: tirar cosas por la clase, desordenar la clase, falta de orden en la entrada y salida, etc.), alterar el desarrollo de las tareas (e.j.: negarse a participar en las actividades, comentarios vejatorios ante la tarea, hacer otra actividad, no traer el material requerido, etc.), oponerse a la autoridad del profesor (e.j.: hablar a la vez que el profesor, amenazar a un profesor, etc.) y la agresión hacia otros compañeros (e.j.: reírse de ellos, agredirles físicamente, insultarles, etc.).
Estos comportamientos indisciplinados implican múltiples consecuencias (Doyle, 1986), entre otras cosas, una enorme pérdida de tiempo, incomunicación en las aulas, una relación directa con el incremento del absentismo tanto por parte del alumno como del profesorado, y una influencia negativa y directa sobre el aprendizaje y el rendimiento escolar de todos los alumnos.
Generalmente, la aparición de conductas indisciplinadas lleva implícito, entre otras cosas, el castigo, entendido como una situación que sufre un sujeto al haber infringido una norma (Suárez, 2004).

Disciplina, teoría de metas de logro y la autodeterminación
Tomando como base los postulados de la teoría de metas de logro y la autodeterminación se han realizado diversos trabajos que analizan el comportamiento disciplinado/indisciplinado de los estudiantes.
La mayoría de estas estrategias se encuentran basadas en la idea de que los profesores pueden mantener el orden en la clase mediante recompensas apropiadas a los comportamientos ocurridos, previniendo o castigando el mal comportamiento.
Hellinson (1985, 1995) desarrolló por su parte, una serie de estrategias con el fin de ayudar a los alumnos a ser responsables de su propio comportamiento. Estas estrategias recibieron el nombre de “Modelo de Responsabilidad”, quedando estructuradas en cinco niveles de desarrollo: Irresponsabilidad (implica ausencia de control y disciplina por parte del alumno), auto-control (implica la adopción de respuestas externas e internas de comportamiento), implicación (incluye razones intrínsecas e identificadas para comprometerse en una actividad y comportarse de forma disciplinada), responsabilidad (implica conductas responsables en las acciones realizadas para desarrollar una identidad integrada) e interés (implica sensaciones de satisfacción y motivación por la actividad desarrollada).

Verónica Delgado :)

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